La identidad que proyectamos de nuestras compañías es una conjunción del discurso que las sustenta y de la forma en que decidimos comunicarlo interna y externamente. Nuestros colaboradores, son quienes llevan día a día este discurso a nuestros clientes y aliados y son ellos mismos la imagen de nuestras organizaciones. Es por eso, que las dotaciones empresariales son un canal fundamental en esta cadena de comunicación, formando ellas parte del performance y el día a día de quienes trabajan con nosotros.
Es así como, este canal debe estar acorde con nuestra identidad y la personalidad que buscamos transmitir a nuestros clientes, proveedores y aliados, ofreciendo una experiencia cómoda y auténtica para los colaboradores y que a su vez se adapte a las necesidades y preferencias de nuestra organización. A este respecto, el portal Business Insider destaca en un artículo que la estrategia de utilizar uniformes empresariales refuerza la imagen corporativa, optimiza la rutina de los colaboradores y elimina la situación estresante a la que pueden enfrentarse cotidianamente a la hora de elegir cómo irse presentados a los lugares donde trabajan e incluso de ahorrarles dinero.
De esta manera, según una entrevista realizada a expertos por parte de la revista Dinero, los uniformes empresariales se constituyen cada vez más como una estrategia de marketing que puede lograr posicionar nuestra marca porque crea un sentido de pertenencia y lealtad dentro de la organización siempre y cuando las personas sientan que su imagen y personalidad también se imprime en los diseños y colores de las prendas, así como influye también en la percepción positiva que se genera hacia afuera, que se traduce en el afianzamiento de lazos de confianza con antiguos y nuevos clientes.
Estos expertos exponen la importancia de hacernos tres preguntas que son fundamentales para tomar las decisiones correctas a la hora de elegir los uniformes o el código de vestimenta corporativo: ¿quiénes somos y qué queremos proyectar (seguridad, frescura, elegancia…)?, ¿quiénes son nuestros colaboradores y cómo se sentirían cómodos (utilizando faldas, pantalones, corbatas, pañoletas…) y ¿quiénes son nuestros clientes y cómo queremos que nos perciban?
Por esto, independientemente del sector en el que se encuentre, cada compañía tiene la capacidad de definir cuál es el estilo que más le representa y qué tipo de uniformes van más con el discurso que quiere transmitir. Por eso, las dotaciones ofrecen un mar de posibilidades a partir de diferentes tendencias, colores y diseños que se podrán acomodar a la esencia de cada compañía. Este elemento, representa sin duda la identidad corporativa y es por esto que lo consideramos un canal de comunicación hacia adentro y hacia fuera de las organizaciones.
