En nuestro primer artículo sobre covid-19 y la industria textil, pusimos sobre la mesa la necesidad de ver desde otra perspectiva la pandemia e hicimos una invitación a contemplar nuevas posibilidades y descubrir caminos inexplorados para ir más allá como industria. En este segundo artículo, queremos abrir un poco más la discusión y hablar sobre la conciencia ecológica, su importancia en este sector y su relación con la pandemia.
En primer lugar, la conciencia ecológica hace referencia a emprender un proceso de producción y de consumo responsable que genere el menor impacto posible en el medio ambiente. La necesidad de adquirir esta como una de las virtudes de nuestra industria, se debe a que la quinta parte de la contaminación del agua viene de este sector. Sin duda, esta virtud exige que aunemos esfuerzos y nos traslademos hacia un modelo comercial más sostenible en donde contemplemos más a menudo la utilización de telas recicladas y reciclables, así como un modelo en donde se valore la mano de obra y a cada una de las personas que hacen su trabajo detrás de lo que producimos.
Pero esto ¿qué tiene que ver con el covid-19? La razón por la cual estamos hablando de conciencia ecológica y del establecimiento de un modelo comercial sostenible, tiene que ver con que nuestros hábitos cambiaron y seguirán mutando a lo largo de la pandemia y esto supone una transformación en la manera en que producimos y consumimos. Actualmente, muchos sectores se han volcado a la producción masiva de guantes y tapabocas desechables, dos productos que están generando un impacto enorme en la contaminación del agua alrededor del mundo.
Y es aquí donde como industria tenemos un papel fundamental para generar esta conciencia y promover la utilización de tapabocas en telas reutilizables y lavables, que contribuyan tanto con la protección de las personas, como con el impacto mínimo ambiental. Este elemento, supone la aparición de nuevas siluetas, como lo mencionaba el CEO de la empresa colombiana SUTEX en una de sus conferencias virtuales sobre moda sostenible, en donde afirmaba que se abrirá la discusión sobre el tapabocas en tela vs. el tapabocas en tejido desechable. Mientras este último, por cuestiones de riesgo, es el exigido para los profesionales de la salud, los ciudadanos de a pie pueden consumir de manera consciente los fabricados en tela.
Según expertos, las telas que se recomiendan para la fabricación de los tapabocas son anti fluido, anti microbiales, con filtros de cobre y con nanotecnología. Esta es una nueva posibilidad para la industria textil para contribuir con la no propagación del virus, pero además de una manera consciente y responsable. Sin embargo, es importante tener en cuenta que, lo ideal sería que estos productos sean comercializados en el mercado con precios competitivos y asequibles, pues las personas que no tengan el dinero para invertir en ellos, acudirán a otros métodos que puedan ponerlos en riesgo.
Así, identificamos la relación que existe entre el covid-19, la industrial textil y la conciencia ecológica, tres elementos que se encuentran para construir, en la incertidumbre, nuevas perspectivas que fortalecen y hacen que las compañías que trabajamos en este sector nos traslademos hacia un modelo más amigable, sostenible y responsable con el consumidor y el medio ambiente.
