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La esperanza de una industria transformada post-covid

¿Cuáles quisiéramos que fueran los principales efectos positivos de esta pandemia en la industria de la moda? Aunque han sido tiempos complicados en que hemos tenido que repensar nuestra manera de funcionar, son tiempos en que podemos mirar en retrospectiva y extraer los principales aprendizajes que nos deja la pandemia y los caminos posibles para liderar transformaciones tan acertadas como necesarias.

Para abordar esta pregunta, quisimos indagar sobre las posturas de algunas expertas y expertos en moda sostenible con respecto al futuro de esta industria post-covid. Encontramos entonces un artículo del The Guardian, donde 10 expertos nos explican cuáles son sus perspectivas respecto de los cambios que les gustaría ver en la industria y cómo debería transformarse después de este tiempo. Para todos, es un momento valioso para hacer estas reflexiones, pues los hábitos de consumo están cambiando y las personas están a la expectativa de lo que hace la industria para responder a las diferentes demandas que ha traído la crisis.

Así, varias posturas coincidieron en que el primer cambio en realizarse debe ser un cambio social. La industria debe darle el valor que merece a cada uno de los eslabones de la cadena de suministro, sobretodo a los y las trabajadoras de la confección. A través del reconocimiento de sus derechos laborales, que se han visto vulnerados por grandes marcas y más aún en este tiempo en que las condiciones laborales precarias se han exacerbado. Muchos de ellos perciben muy bajos salarios o se han quedado sin trabajo por el cierre de un sinnúmero de fábricas en Asia y en Centroamérica.

Además, algunos hablaron de la necesidad de reevaluar la idea de sacar 4 colecciones al año, para salir del modelo fast-fashion, decisión que Gucci hizo pública en días anteriores al anunciar que harían solo dos colecciones al año y que seguro funcionará como un efecto dominó en otras grandes marcas y traerá consigo una minimización en la sobreproducción de ropa. De allí surge precisamente otra de las reflexiones de estos expertos, en donde esperan que la industria de la moda opte por un modelo slow-fashion que sean construidos a partir de una perspectiva amigable con el planeta, que sea bondadosa y agradecida con quienes la conforman y busquen el beneficio para la humanidad.

Esta postura nos remite a otro aprendizaje tanto en la producción como en el consumo: comprar y producir menos, comprar y producir mejor, pagar y cobrar lo justo por ello. Ésta es una excelente fórmula para que las grandes marcas se vean en la obligación de adoptarla así como para apoyar negocios pequeños y locales que incorporan desde el inicio la innovación y la sostenibilidad, en donde podemos comprobar más fácilmente que las  decisiones  que tomamos son más conscientes y son afines con nuestra ética.

Asimismo, la virtualidad representa una oportunidad para estas marcas locales que están emergiendo, como decía Rehamur Rahman, uno de los expertos, la conectividad y las redes sociales son una posibilidad para que las voces de muchos y muchas diseñadoras jóvenes tengan voz a la hora de tomar decisiones significativas para la industria, esta época de distanciamiento permitió que éstas voces empezaran a escucharse y después de la pandemia deberían seguirse apropiando de esos canales. 

Después de exponer las posturas de estos expertos, consideramos que una de las grandes esperanzas a las que podemos aspirar después de la pandemia, es de repensarnos como productores y consumidores. Tenemos la oportunidad de diseñar sistemas desde una perspectiva más humana, centrada en la comunidad y el bienestar colectivo, en lugar de una centrada en las ganancias y el confort individual.

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