En días anteriores llevamos a cabo una reunión en donde expusimos que en nuestra compañía, alrededor del 90% de los empleos que otorgamos, bien sea directos o indirectos, son ejercidos por mujeres. Este porcentaje no nos sorprende teniendo en cuenta que a nivel mundial, la industria textil está conformada en un 80% por manos de mujeres trabajadoras y en este artículo queremos exaltar su labor como motor de la industria a través del reconocimiento de sus derechos.
Lo que nos enorgullece de que este porcentaje sea tan alto, es que consideramos que a través de estos empleos estamos ayudando en gran medida a que mujeres cabeza de familia, mujeres jóvenes que inician sus proyectos profesionales y mujeres que pueden pertenecer a sectores poblacionales en condiciones socioeconómicas desprivilegiadas, encuentren un sustento digno y una posibilidad de transformar sus realidades y construir sus proyectos de vida a través del crecimiento personal y laboral.
Sin embargo, es sabido que aún hoy en día las mujeres en la industria textil enfrentan escenarios de explotación laboral debido a la lógica que se instauró del fast fashion en donde se crean metas de producción inalcanzables, con una forma de trabajo acelerada bajo extrema presión y con muy bajos salarios. Estos escenarios han hecho que numerosas trabajadoras salgan a protestar a las calles para que sus derechos sean respetados y para hacernos reflexionar como industria sobre lo perjudicial que esta lógica puede resultar sobre su salud y sus vidas.
Por eso, quisimos indagar sobre algunas perspectivas y medidas que en el sector podemos tener en cuenta para impactar positivamente la vida de las mujeres que empleamos y para que su trabajo en la industria textil se convierta en una motivación para el desarrollo de sus proyectos de vida así como un motor de cambio en sus entornos. Así, encontramos que el Centro Internacional de Investigaciones sobre la Mujer (ICRW siglas en inglés) en el año 2018 llevó a cabo una investigación en Brasil, México, India y Bangladesh sobre cómo empoderar a las mujeres trabajadoras del sector.
Allí encontramos tres áreas de acción que queremos compartir con ustedes y sobre las cuáles nos propondremos trabajar día a día: acabar con la informalidad laboral, identificar la violencia de género y reconocer las labores de cuidado. En cuanto a la primera acción, es importante destacar que los ingresos formales representan la clave para que las mujeres alcancen la autonomía económica, para ello es muy importante que la cadena de suministro sea transparente y tenga trazabilidad.
En cuanto a la segunda acción, es fundamental tener en cuenta que la violencia hacia las mujeres en sus hogares y lugares de trabajo puede parecer invisible y debemos aprender a identificarla. Por eso es importante que nuestras compañías sean sensibles y conozcan sobre lo que significa el acoso sexual y todos los tipos de violencia de que pueden ser víctimas las mujeres como: la económica, la psicológica, la doméstica, la sexual y la laboral para llevar a cabo acciones como charlas que informen y denuncien estos escenarios, asistencia psicológica y otras acciones que las eviten, para así contribuir a que su trabajo se dé en condiciones de dignidad y en donde puedan explotar todo su potencial.
En lo que respecta al reconocimiento de las labores de cuidado, es clave reconocer que las mujeres asumen una cantidad desproporcionada de trabajo de cuidado (esto se refiere a labores domésticas y de cuidado de niñas, niños y familiares) que no es remunerado. Por eso, es fundamental ser conscientes de los horarios de trabajo que se establecen, las condiciones particulares que enfrentan en sus entornos como cuidadoras, motivándoles a que compartan estas labores con otros miembros de sus familias y buscar las medidas que tenemos a nuestro alcance para que sus jornadas de trabajo sean justas.
Estos son algunos aspectos que podemos tener en cuenta para que el trabajo de las mujeres en la industria textil sea reconocido y se potencialice brindando cada día condiciones de trabajo más dignas y que aporten no solo a nuestro crecimiento como compañías sino al crecimiento de estas mujeres y de los entornos que sustentan con sus labores.
